Las montañas y su entorno siempre fueron muy importantes para los Incas como ejes preponderantes para la planificación de sus ciudades.
Los Incas tenpian un gran respeto por la naturaleza y admiración por su entorno en especial por las montañas a las cuales consideraban sagradas y además deidades tutelares, las ciudades Incas estaban planificadas respecto a su entorno, muchas veces en luagres cercanos a grandes montañas y nevados.
Los imponentes paisajes siempre asombran y deslumbran a los visitantes que vienen a conocer las ciudades Incas del pasado por que lograron ser parte del maravilloso entorno que las rodeaba sin depredarlo ni destruirlo, una gran lección que el mundo occidentalizado hasta ahora no ha podido aprender.
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